miércoles, 18 de enero de 2023

Protestas en Tartagal y Orán por la falta de agua y los tarifazos de la energía eléctrica

 


por Elena Corvalán

La ciudad de Tartagal vivió ayer una jornada particularmente caliente. Hubo altas temperaturas, como habitualmente ocurre en el verano en esta zona del Chaco salteño, pero lo que más calentó el ambiente fueron los incrementos en las tarifas de la energía eléctrica, que vino a sumarse a la bronca de arrastre por la falta de agua. Ese enojo motivó un corte de la ruta nacional 34 en el acceso norte a la ciudad, y esta acción subió todavía más el clima social caldeado, pero consiguió su objetivo: el gobierno de Salta respondió enviando a alguien a parlamentar. 

Por otro lado, en la ciudad de San Ramón de la Nueva Orán, también en el norte provincial, continuó el acampe que desde hace una quincena de días se mantiene frente a las oficinas de la empresa Edesa, prestataria del servicio de energía eléctrica en la provincia. 

Las protestas en casi todo el norte provincial provocaron que el gobierno de la provincia dispusiera ayer, mediante el decreto 38, firmado por el gobernador Gustavo Sáenz, que usuarios y usuarias de los departamentos Orán y San Martín (donde está Tartagal) abonen durante seis meses el mismo monto que pagaron en la factura de noviembre de 2022. Pero la decisión no fue suficiente para calmar los ánimos, que reclaman decisiones de fondo como la declaración de zona cálida. Manifestantes de ambos departamentos, que vienen tejiendo unidad en la protesta, decidieron mantener sus puestos de lucha en acampes. 

En el caso de Tartagal se levantó el corte de ruta pero el acampe seguirá al costado de la misma, y avisaron que, si es necesario, repetirán los sucesos de la década del 90, cuando se dieron las históricas puebladas en este territorio de la provincia.

En Orán hubo una asamblea anoche. Vecinos y vecinas acordaron rechazar el decreto gubernamental, porque "no se sabe qué pasará en seis meses", contó Marcos Puca, referente del Movimiento Evita de esa localidad. Puca destacó que la unidad en la lucha logró esta decisión del gobierno salteño. La sociedad oranense viene manifestándose en el acampe montado frente a Edesa, donde a las noches se hacen asambleas abiertas con la participación de cualquier persona que quiera expresarse. Usuarios y usuarias de a pie, comerciantes y hasta empresas, vienen sosteniendo la protesta que incluyó multitudinarias marchas. 

Asamblea anoche en Orán. 

Si las protestas se profundizan o se diluyen dependerá en gran medida de lo que ocurra en la mesa de diálogo con el gobierno, cuya primera instancia se prevé concretar hoy, en una reunión que se llevará a cabo en el pequeño pueblo de General Ballivián, a 49 kilómetros de Tartagal y a más de 83 de San Ramón de la Nueva Orán. Ya confirmaron su asistencia representantes de ambas protestas y se prevé que por el oficialismo asistirán: el presidente del Ente Regulador de Servicios Públicos (Enresp), Carlos Saravia, y el ministro de la Producción, Martín de los Ríos; informó a Salta/12 Héctor Soria, referente de Somos Barrio de Pie, una de las cinco organizaciones sociales que encabezan la protesta en Tartagal. 

Corte para hablar 

Las personas que actuaron como voceras de la protesta en Tartagal lamentaron ayer que hayan tenido que llegar a cortar la ruta, después de nueve desgastantes días de acampe, para llamar la atención del gobierno provincial. 

El gerente de Calidad del Enresp, Carmelo Russo, que integra el Comité de Crisis conformado para atender la emergencia hídrica en la zona, fue el encargado de poner la cara para escuchar las quejas de vecinos y vecinas. Lo hizo a caballo de la decisión de retrotraer las tarifas de la energía eléctrica a los valores de noviembre de 2022. 

"La medida se estableció con el objetivo de salvaguardar los derechos de las personas afectadas teniendo en cuenta la deficiente prestación del servicio por parte de la Empresa, los reiterados cortes del suministro de energía eléctrica y la suba en la facturación", informó el gobierno. La reducción de la facturación es para "usuarios generales y residenciales de los departamentos Orán y San Martín de los segmentos 2 y 3 cuando el consumo mensual supere el 30 % del consumo de referencia del mes de noviembre/2022", precisó. 

En el mismo decreto el gobierno dispuso que en 180 días "se deberá realizar la auditoría de facturación dispuesta por la Resolución ENRESP Nº 32/2023", y en ese período también deberá hacerse una "revisión y análisis de los índices de calidad en los departamentos Orán y San Martín para determinar las readecuaciones necesarias, prioridades de obras y las multas que correspondiesen aplicar a la empresa prestataria, e implementar una solución definitiva respecto a la variación del consumo por las características climáticas de los departamentos citados". Y Edesa "deberá abstenerse, durante este período, de suspender o interrumpir el servicio. Tampoco podrá ejecutar acciones de cobro o restringir los derechos de los usuarios del servicio de energía eléctrica".

Acuciado por la bronca de manifestantes y automovilistas paralizados en el corte, Russo llegó al acceso norte de Tartagal para hablar con las y los manifestantes. Lo recibieron con desconfianza sobre lo que pasará una vez transcurridos los seis meses en los que la factura se mantendrá en los montos de noviembre, y reclamando que de una vez por todas se declare a esta zona como cálida y se contemple que necesitan consumir más energía eléctrica. 

¿Qué va a pasar después de los seis meses? Porque la empresa no sale a decir, ni el gobierno tampoco, que el tarifazo se cae. Es imposible pagarlo”, disparó un manifestante. Russo recurrió al decreto: “Hoy el gobernador ha sacado una medida de retrotraer la facturación”. “Los usuarios no tienen que abonar la factura del mes de enero” y la empresa Edesa “va a refacturar a los valores de noviembre". Pero no pudo responder al interrogante: “La situación a futuro se va a ir regulando, hoy no podemos saber qué va a pasar a seis meses”, generalizó antes de asegurar que se atenderán los reclamos por casos especiales, si se quemaron electrodomésticos. Añadió que si alguien pagó la factura tendrá un crédito.

Los interrogantes por el plazo de seis meses se reiteraron. “Nosotros lo vemos como algo político, qué casualidad que justo hasta que terminen las elecciones (que en la provincia serán en mayo) nos están dando solución" y "después los usuarios no sabemos qué va a pasar, a lo mejor vienen con más aumentos, total el gobernador ya ha vuelto a ganar”, pasó en limpio Sandra, referente del Movimiento Octubres. La suba en las tarifas, que en algunos casos fue del 50% y hasta llegó al 100%, “Va a seguir siendo impagable” de aquí a seis meses, agregó otro. 

Referéndum por el agua 

Tartagal ya viene con broncas por la falta de agua, y en ese contexto vecinos y vecinas reclaman que se realice un referéndum para decidir si la empresa Aguas del Norte sigue prestando el servicio o queda en manos de la Municipalidad. Ese reclamo se expresó otra vez ayer, ante el gerente de Calidad del Enresp. "Queremos el referéndum” y que Aguas del Norte se vaya de Tartagal, exigieron los manifestantes. 

En General Mosconi vecinos detuvieron un camión cisterna para proveerse de agua (Imagen: gentileza Info Multimedios Mosconi). 

Russo insistió en que el Comité de Crisis está llevando agua a todos los lugares donde la necesitan, “se están reforzando los camiones día a día”, repartiendo también en camionetas. "Están entregando bidoncitos que no alcanzan para las necesidades", reprochó un manifestante y otro sostuvo que pareciera que el Comité "no está funcionando". 

La referente de Octubres reclamó que los camiones cisterna no se detienen a entregar agua, que hay merenderos y huertas del Movimiento que no están pudiendo abrir porque no tienen agua. 

miércoles, 4 de enero de 2023

"Me gustaría incentivar a las mujeres a hacer arte" (segunda parte)

 

El premio nacional fue el cierre de un año de reconocimientos. En noviembre Alarcón obtuvo el premio adquisición de la Colección Ama Amoedo en Miami y en octubre el Museo de Arte Contemporáneo de Salta adquirió una obra suya para incorporarla a su patrimonio. 

por Elena Corvalan

La geometría de miles de mujeres 

Claudia y Andrea se rieron recordando que en los viajes que van de la mano de esta decisión de mostrar el arte wichí, se encuentran con mucha gente sorprendida porque "pensaba que en Argentina no había indígenas, cuando nosotras les contamos que no solo hay, sino que hay un montón”. “Miles de mujeres”, ratificó Claudia. Y Andrea: “Miles de mujeres, miles de familias indígenas, cuántos idiomas, lenguas vivas, que están presentes. Con otros imaginarios, otras imágenes" siempre "más vinculadas a figuras geométricas abstractas que tienen un significado”.

Claudia, en su casa, con una de las obras compradas en ArteBA (Imagen: Andrea Fernández). 

A sus 33 años, Claudia es quizás la primera wichí que expone en una galería de arte, con el agregado de que sigue viviendo en comunidad, ahí en La Puntana, a 45 kilómetros de Santa Victoria Este, por un camino mitad de tierra y mitad pavimentado. Vive con su marido, el maestro bilingüe Eduardo Solá, y sus hijas, de 14 y 11 años. “A ellas les gusta lo que hago y ahora que están en vacaciones están tejiendo”, aprendiendo a tejer. 

Claudia también comenzó a tejer de niña, a los 12 años. “Primero hacía los cintos y las yicas, tenía que aprender bien como hacer la forma y después, como son muchos diseños, muchos dibujos, tenía que ir aprendiendo de a poco”. Sus maestras fueron su madre, su abuela y su tía. 

El tejido estaba en ella. “Cuando veía a una madre tejiendo, siempre me llamaba la atención, de chiquita, y a veces me sentaba a ver cómo tejían, y llegando a casa me imaginaba como estaba tejiendo y es como que siempre lo tenía ahí”. Esas imágenes la urgían: "algo tenía que hacer, tenía que comenzar a hilar”. 

“Me acuerdo cuando la conocí", terció Andrea. Fue en el primer taller, en 2015. “Ahí estaba Claudia", y "después muy tímidamente un día aparece, tenía una bolsa llena llena de yicas, todas prolijitas, hermosas, ella siempre me llamó la atención porque me daba cuenta cómo le gusta tejer, cómo goza tejiendo, siempre ha sido muy curiosa”.

“Es verdad eso, siempre he sido muy curiosa con el tejido, (piensa) y… con esto, ¿no? lo del arte", asintió Claudia. "Como dije en mi obra que está ahora en el MAC, uno está tejiendo lo ancestral y mezclando cosas que va aprendiendo y para mí es como un choque de culturas, de nuestra cultura y de la cultura de los blancos, y es emocionante porque nunca me pasó por la cabeza que podría hacer eso también”.

Paño colectivo. 

¿Y cómo crea sus obras?: Claudia contó que primero pensaba un diseño y lo tejía, pero después, "teniendo algunos viajes, algunos encuentros", comenzó a dibujarlos para luego pasarlos al tejido. Y ahora "las mismas compañeras del grupo también me piden que les dibuje todo lo que nosotras hacíamos sin dibujar, cuando hay una obra colectiva ellas me piden que dibuje, y en base a eso van siguiendo, y estoy viendo que está funcionando”. “Están saliendo cosas lindas y todas las chicas que están interesadas en eso van siguiendo ese ritmo, es como que no soy yo sola”.

“Es como una escuela que se va armando”, añadió Andrea, y despertó las risas. Entonces Claudia dijo aquello de que "también pueden ser más mujeres” las que participen "en esta cosa del arte”. “Me gustaría eso, incentivar a las mujeres”, aseguró. 

La alegría también es indígena 

En las artesanías el mercado pide los tintes naturales o la paleta de color de la temporada, explicó Andrea, pero muchas veces las tejedoras wichí prefieren jugar con novedades del mundo no indígena. "En el caso de lo que están haciendo ahora con el arte les decimos, con Guido, con quien las acompañamos, ‘pueden hacer lo que quieran, si quieren usar fosforescente, anilina, meterle plástico con el chaguar, háganlo’, como que también ellas tengan derecho a esa libertad de elegir”.

Entonces se dio un intercambio sobre qué es ser indígena hoy en día, su vínculo con el territorio, su entorno. ¿Ser indígena implica que se tiene que vivir en zonas rurales y con las mismas prácticas de antaño? ¿o, es, como la lógica parece indicar y como propone Claudia, una identidad que se construye con un diálogo entre lo ancestral y lo contemporáneo y lo porvenir?

Tejedoras de La Puntana, con Andrea y Guido Yannitto. 

“Eso es lo que nosotras decíamos ya hace varios años, ahora con Thañí, cuando las chicas, por ejemplo, han empezado a hacer sirenas o cosas que también a ellas las divierten, porque tienen ese derecho a la alegría, a hacer algo porque les gusta, ¿no?”, aportó Andrea. “Se les imponen tantas cosas ajenas” y lo que les alegra, no. “Ahí yo digo que hay que revisar esas conductas, esas prácticas racistas, porque parece que nos deja más tranquilos saber que ellos están sufriendo”. Algo tan común como tener un teléfono celular, poder viajar, es a veces mal visto cuando el sujeto es un o una indígena. 

“Esas cosas siempre sucedían, me acuerdo cuando recién me compré un celular, sentía que no me pertenecía porque es como que nunca nosotras las mujeres wichí tendríamos ese derecho de tener un celular, o una mujer wichí conducir una moto, pero cuando empezamos nuestra organización me fui fortaleciendo, pensando en muchas cosas". "Escucho hablar a Andrea y me da esa fuerza de pensar no solo en mí sino en muchas mujeres que están dentro de la organización", en la necesidad de mantenerse juntas y "basta de pelear entre nosotros”.

Andrea agregó que para ese fortalecimiento también es importante el hecho de que la coordinadora de la organización Lhaka Honhat es mujer, "eso también es una referencia importante. Ellas tienen vínculo con Cristina (Pérez)”.

El machismo, o su ausencia, tiene su influencia. En el caso de Claudia, su marido la acompaña y aprecia su arte. "Creo que me ocupé en la coordinación del grupo porque tenía ese apoyo, y creo que muchas compañeras mías quisieran estar vinculándose más con el grupo pero no pueden” porque tienen otra situación familiar.

Paños montados por Eduardo y otros hombres. 

Eduardo también comparte en la escuela lo que escriben las tejedoras sobre su arte y su organización. Y son "él y varios más, no es el único" hombre que colabora, "con mucho respeto y mucha admiración hacia las mujeres”. Eso se vio con claridad en las dos muestras que se hicieron en el territorio, en Cañaveral, el año pasado, y en La Puntana este año. 

"Nosotras queríamos que también la gente de ahí vea los tejidos esos inmensos que nunca se habían hecho ahí en la zona al menos". Y cuando preparaban la muestra en La Puntana, Eduardo y otros hombres plantaron palos para mostrar los tejidos. “Y todos, los niños, los varones, gente que no está tan vinculada al proceso este, miraba”, “es un orgullo, porque en nuestra cultura, los blancos digamos, hay gente a la que le gusta el arte y otra a la que no le importa, pero yo veo que en el mundo wichí, a todos les gusta el arte". 



Claudia Alarcón, primera artista wichí en recibir un premio en el Salón Nacional de las Artes (primera parte)

 


por Elena Corvalan

Claudia Alarcón se convirtió en diciembre último en la primera artista wichí en obtener un premio en el Salón Nacional de las Artes Visuales, que desde hace 110 años lleva a cabo el Palais de Glace o Palacio Nacional de las Artes, del Ministerio de Cultura de la Nación. Ese fue el cierre de un año de mucho trabajo, exposiciones y reconocimientos que trascienden a su Pueblo Wichí

Para hablar de eso, de la identidad indígena que se apoya en la memoria de sus ancestros y ancestras para ir dialogando con otras culturas y otras visiones del mundo, y del arte como puente para esa conversación, Salta/12 se reunió con Claudia Alarcón y con la también artista y curadora Andrea Fernández, que es además su amiga entrañable y una de las personas que acompaña desde sus orígenes el proceso del colectivo de mujeres tejedoras Thañí (Viene del Monte), del que forma parte Claudia.  

Fue, en estos días de pasión mundialista, una conversación intermediada por el fútbol, por el amor y todas esas emociones buenas que despierta esta Selección, incluso allá donde el mapa argentino se besa con territorio paraguayo y boliviano. 

Comenzó por el repaso de los reconocimientos que cosechó Claudia Alarcón en los últimos meses del añ pasado. En diciembre obtuvo el primer premio en la disciplina textil del Salón Nacional de las Artes Visuales que realiza todos los años el Palais de Glace. El premio fue por la obra "Ifwala Iha I (Resplandor del sol)", realizada en fibra de chaguar y punto antiguo. 

En noviembre último, fue merecedora del premio adquisición de la Colección Ama Amoedo en la Feria Pinta de Miami por su obra "El ojo de los ancestros", tejida en lana de oveja y lana sintética y que participó de esa feria llevada por la galería Remota, de Guido Yannitto y Gonzalo Elías, que representa a la artista wichí. En octubre la galería había ganado un premio como la mejor de ArteBA, del espacio joven, en ese evento Claudia "pudo vender por primera vez sus obras como obra de arte, que han quedado en importantes colecciones privadas", contó Andrea. 

En octubre también una de sus obras fue comprada por el Museo de Arte Contemporáneo (MAC) de Salta, con lo que "también por primera vez dentro del patrimonio de la provincia de arte contemporáneo hay una obra de una mujer indígena, y justamente una obra tejida en chaguar, que es la fibra con la que ha trabajado siempre su pueblo, y con los puntos tradicionales de su pueblo", destacó Andrea. La obra se llama "De lo ancestral a lo futuro", y en ella la artista "propone también esa mezcla que está experimentando, imaginarse cosas nuevas, no tanto imágenes nuevas, sino que vaya a otros lugares nuevos”, que “se muestre diferente”. 

Guido Yannitto, Claudia Alarcón y Andrea Fernández, en el norte salteño, con la obra adquirida por el MAC. 

En esta parte de la conversación Claudia no hizo valoraciones verbales, pero después, en su perfil de Facebook, contó de su "alegría" por estos "dos importantes reconocimientos a mi trabajo". Y concluyó: "Yo siento que es ahora el momento de mostrar todo lo que viene de nuestra fuerza y formas ancestrales hacia el futuro. Hoy, empiezo a nombrarme como una artista indígena, una artista wichí. Y lo digo con mucho orgullo y sueño con que el día de mañana todas mis hermanas wichí de la costa del río Pilcomayo puedan también ser parte de esto, que no tengan miedo de mirar para adelante y probar cosas nuevas".

Con esta última afirmación desarrolló una idea expresada en esta conversación de a tres: su deseo de que otras mujeres indígenas puedan ser artistas". "Me gustaría eso, incentivar a las mujeres”, a animarse a hacer este recorrido de artesanas a artistas, dijo. 

Arte wichí 

El Salón Nacional de las Artes del Palais de Glace es más antiguo de la Argentina, hizo notar Andrea Fernández. "Esta ha sido su edición 110, hace más de cien años que se hace, y siempre ha sido importante porque de alguna manera el patrimonio que se ha estado construyendo desde ese salón, que tiene premios adquisición, ha ido hilvanando nuestra historia del arte", explicó.

Este año Andrea, nacida en Neuquén y tucumana de adopción, fue convocada como curadora de la muestra e integró el jurado que otorgó los premios. Andrea dijo que esto es posible porque la directora del Palais, Feda Baeza, una mujer trans, "está proponiendo cambios, así como ella está transicionando de género, también propone que el salón transicione, hacer un salón que realmente responda a la demanda de los artistas o de la gente que trabaja desde la cultura, qué historias queremos contar hoy, o qué personas queremos que estén ahí mostrando sus producciones artísticas". Con esa impronta se incorporó la presencia de feminidades y disidencias y se pensó en un cupo federal, "que por lo menos la mitad de los artistas que están en el salón sean de fuera de la ciudad de Buenos Aires". 

Onok hayajay ta otiyej sujyenay (Inspiración a nuestras polleras), en lana de oveja y lana acrilica. 

En ese contexto pudo presentarse Claudia, en momentos en que "está empezando su carrera como artista, además de ser parte de una organización de tejedoras del Pueblo Wichí" y se convirtió "en la primera mujer indígena que es premiada". Si bien en su caso no fue un premio adquisición, Andrea lo valoró "como un antecedente de que también la producción que hacen, no solo ella, sino también muchas mujeres de su pueblo, pueda ser reconocida también como parte de Argentina".

Un gran paso para una institución que comenzó "dentro del proyecto del centenario de la independencia argentina”, que tuvo una mirada centralista, “eurocéntrica, racista, urbana”. El Palais “ha empezado a cambiar más profundamente con esta gestión, la gestión política que empezó a fines de 2019", el Ministerio de Cultura de la Nación "está proponiendo y haciendo cosas desde varias instituciones, esta es una más”. 

Ni Andrea ni Claudia estaban involucradas en el ámbito de los salones o el mercado del arte. "Nosotras estábamos haciendo otro tipo de trabajo en los territorios, más con las artesanas, con las tejedoras" de las comunidades de La Puntana, en el municipio de Santa Victoria Este, y recién "este año nos hemos empezado a involucrar más con el mercado de arte" porque "vimos que vendiendo en el mercado de arte se gana muchísimo más que vendiendo los trabajos como artesanías". Pura practicidad: "Nosotros no nos metemos en la discusión de si es arte o es artesanía, para nosotros es las dos cosas, pero la diferencia es que en el mercado del arte se paga muchísimo más, entonces nos hemos empezado a vincular y hemos empezado a aprender juntas y también con la ayuda de colegas artistas cómo movernos en ese mundo", contó Andrea, con el asentimiento de Claudia. 

A la par, desde el año pasado Andrea comenzó a acercarse a las instituciones públicas que se encargan de la cultura, con el propósito declarado de "defender o disputar ese lugar de los pueblos originarios y también de las comunidades campesinas ahí".

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